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Edimburgo

 

� Edimburgo, la capital de Escocia, es una de las ciudades mas hermosas de Europa. Esta rodeada por montañas -el inicio de las Highlands- y en medio de la ciudad hay un cerro en cuya cima se encuentra el castillo de Edimburgo. Para los que vieron la pelicula BraveHeart, en un intento por liberar a Escocia del dominio Inglés, este castillo fue arrebatado a los ingleses por Robert The Bruce, el noble que en la pelicula traiciona a William Wallace (Mel Gibson). Ambos son considerados Héroes en Escocia. La primera foto es el castillo visto desde la avenida principal de escocia, y la segunda esta tomada desde la explanada de entrada a este.

               

 

 

� La entrada al Castillo de Edimburgo. A ambos costado del aceso principal se observan las estatuas de William Wallace y Robert The Bruce. Debajo del puente de acceso, se encuentra el Foso. La segunda foto esta tomada desde una de las torres y muestra un jardin utilizado como cementerio para los perros y mascoras reales. La última foto muestra una de las 3 barreras para enrar al castillo.

       

   

� Edimburgo visto desde el Castillo y una "doncella" que conocí dentro de este.

               

 

 

� La primera Foto muestra una montaña -HighLand- que rodea a la ciudad de Edimburgo. La segunda foto muestra un grupo de cuervos y fue tomada en la parte más alta de dicha Highland. En la tercera foto, también tomada en la cima de dicha Higland, se observa al fondo, en medio de la ciudad una pequeña montaña y en su cima la Catedral y el Castillo de Edimburgo.

                   

 

 

Por Ultimo, Greyfriar's Bobby. La historia cuenta que en 1858, al morir el oficial John Gray, su perro Bobby siguio la caravana hasta su funeral en el Cementario Greyfriars churchyard, en Edimburgo. Luego del Funeral, el Terrier se negó a irse del lado de la tumba. Bobby se mantuvo al lado de esta por 14 años esperando el regreso de su amo, siendo alimentado por vecinos hasta el día de su muerte, 14 años después. La devoción del perro conmovió tanto a la ciudad que, al no tener dueño, el propio alcalde pagaba por su licencia a objeto de que la perrera no se lo llevara, hasta que la alcaldía decreto que Bobby era libre para moverse por toda la ciudad sin temor alguno. Luego de su muerte, la Ciudad levanto este momumento frente a la entrada del cementerio en el cual los restos de Bobby hoy descansan junto a los de su amo.

 

                   

 

 

 

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